Leopoldo Martínez Parrilla

A pesar de que durante algún tiempo se me hacía extraña la idea de exponer, la proposición de Pablo Borrego para hacerlo en la Sala Maenoba del IES Joaquín Lobato, me pareció tentadora. La idea se fue perfilando poco a poco, motivándome aún más el hacerlo junto a Salvador Morales, con quien además de una visión similar del mundo del arte, comparto una amistad que va más allá de lo puramente académico.

Cuando uno se dedica a la docencia, es difícil compaginar este trabajo con la pintura, pues el tiempo a veces es escaso y no te permite el reposo necesario para centrarte en un proyecto, como lo requiere la creación artística. No obstante, y a pesar de las limitaciones, cada año logro terminar algunos trabajos. Es por ello que este proyecto me ha parecido bastante estimulante, pues me ha hecho centrarme más y dedicarle más tiempo.

Lo que realmente me atrae del proceso de creación artística, es el estado de ansiedad y al mismo tiempo de libertad que se experimenta en tal acción. En realidad es un privilegio trabajar en estas condiciones, sin ninguna presión exterior que te obligue a decidirte en las elecciones-correcciones que constantemente debes hacer.

A la hora de crear se disfrutan momentos de diversión y calma, pero lo usual es que sea una lucha constante entre dos, la obra y el artista, que no siempre termina felizmente o como se tenía la idea que debía ser. Esta tensión, esta lucha apasionada entre los dos no llega a verse, no llega al espectador, que observa el resultado final y no el proceso.

Se sigue una idea, una dirección, pero cuando no consigues plasmar aquella realidad que te movió a iniciar ese trabajo, puede que sea buena la infidelidad a la primera idea, pues esto indica que es la propia obra la que ha cobrado vida y te lleva hacia su terreno.

En cuanto a mis preferencias pictóricas, me interesa por igual la pintura figurativa y la abstracción, en esta última prefiero utilizar de partida referentes figurativos, aunque estos aparezcan de un modo velado, oculto.

Me siento especialmente atraído por el paisaje urbano, pues está lleno de señales luminosas, reflejos, vehículos, terrazas… en definitiva, la vida que nos rodea, lo inmediato que reclama su atención de una manera sutil y que nos invita con sus sonidos, sus ruidos, sus colores… Fotografío o tomo apuntes de estos estímulos tan sugerentes y mas adelante, una vez reposados, los suelo usar como punto de partida de una nueva obra.

La técnica que utilizo es pintura acrílica sobre tela, unas veces diluida tipo aguada y otras creo relieves a base de empastes, lo que me permite una ejecución muy directa.